Restauración del bautismo en el Espíritu Santo y fuego

¿Sabías que en muchas iglesias pentecostales ya no se predica el bautismo en el Espíritu Santo? Sí, lamentablemente esta es la verdad.

Pero ¿por qué sucede esto si después del gran avivamiento ocurrido en la calle Azusa en 1906, el evangelio se extendió a muchas naciones, gracias a la restauración del bautismo en el Espíritu?

Lo que pasó es esto: después de recibir este bautismo muchos pastores vivieron un tiempo de gloria. Pero entonces ocurrió un desastre espiritual. Muchos líderes espirituales creían que al recibir el bautismo habían alcanzado su meta y como ya tenían el poder del Espíritu, dejaron de buscar a Dios. Como consecuencia, vieron que el poder espiritual iba disminuyendo paulatinamente, sus congregaciones no crecían, los enfermos no eran sanados, y esto los llevó a dejar de enseñar la gloriosa verdad d bautismo en el Espíritu, por miedo a que sus fieles les pidieran orar por ellos, para recibir el bautismo, y al no recibirlo todos vieran que sus pastores no tenían poder.

¡Pero hay esperanza! Veamos qué es lo que Dios va a hacer.

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. (Mt 3:11).

Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego (Lc 3:16).

El bautismo en el Espíritu Santo y fuego, ¿es el fuego del infierno? ¡No! Algunos creen esto asociando dos versículos de Mt 3. Veamos:

  • Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará (Mt 3:11-12).

Juan dijo: 

  • que los pecadores serán echados al fuego del infierno. Pero,
  • que los creyentes recibirán  el bautismo en el Espíritu Santo y fuego.

Veamos todo esto en detalle:

Algunos creen que, el fuego del bautismo, es el fuego del infierno, al cual van todos los pecadores. Pero esto no es así. Juan el Bautista dijo:

  • Él OS bautizará en Espíritu Santo y fuego (Lc 3.16).

Note que, a los creyentes, Juan les dice: OS bautizará; es decir, a vosotros Jesús os bautizará con Espíritu Santo y con fuego. Si el fuego es  el fuego del infierno, entonces, Jesús les da a la misma gente la bendición, y luego los envía al infierno, lo cual no tiene sentido.

En cambio, si el fuego del bautismo es el infierno, entonces, Juan el Bautista, en lugar de decir:

  • Él os bautizará en Espíritu Santo Y fuego (conjunción copulativa “Y”),

debería que haber dicho:

  • Él os bautizará en Espíritu Santo O fuego (conjunción disyuntiva “O”).

Es decir: como Jesús usó una conjunción aditiva (Y), entonces, recibiremos la bendición de tener al Espíritu Santo, y el fuego que nos purifica y nos da poder.

Pero si Jesús hubiera usado una conjunción disyuntiva (O), entonces, recibiríamos:

  • la bendición de tener al Espíritu Santo, o
  • la maldición del fuego del infierno.

Es decir:

  • Jesús los bautizará con el Espíritu Santo si se arrepienten, o
  • Jesús los bautizará con el fuego del infierno, si no se arrepienten.

Pero esto no es lo que dijo Jesús.

Todo esto nos revela que, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, no es el fuego del infierno.

  • Y, en griego es: και. Palabra original: καί, kai. Strong’s G2532.

Además: diciendo: Él os bautizará En Espíritu Santo y fuego; indica que es un solo bautismo.

Si hubiera hablado de dos bautismos habría tenido que repetir dos veces la palabra en:

  • Él os bautizará En Espíritu Santo y En fuego.

Esto nos revela que, el fuego del Espíritu Santo es una bendición y no un castigo.

  • En, en griego es: εν. Palabra original: ἐν, en. Strong’s G1722.

Regla gramatical. Por otro lado observemos que aquí hay una sola preposición (en) con dos objetos directos; es decir, un bautismo con dos elementos (Espíritu Santo y fuego). En griego hay una regla gramatical que establece que, si una preposición tiene dos objetos, entonces, esos objetos son iguales o similares. ¿(1)

Es decir, si el bautismo en Espíritu Santo es una bendición, entonces, el fuego también es una bendición, no una maldición. La misma regla se aplica en Jn 3:5; donde dice que, para entrar al reino de Dios es necesario nacer del agua y del Espíritu.

Todo esto nos muestra que, el fuego del bautismo NO es el fuego del infierno, sino que es el fuego del Espíritu Santo, que quema nuestras impurezas y nos da poder.

Hay dos bautismos totalmente diferentes: el de Jesucristo y el del Espíritu Santo.

Proféticamente, Juan el Bautista anunció que Jesucristo bautizaría a los creyentes con el poder y el fuego del Espíritu Santo. Esta tarea es parte de la gran promesa del Padre (Hch 1:4).

  • Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo(Mr 1:8).
  • Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego (Lc 3:16).
  • Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo(Jn 1:3). 

Primero que nada notemos que, Juan el Bautista explica que:

  • Así como él bautizaba en agua (sumergiendo en agua, para purificación ritual),
  • Jesús bautizaría en fuego (sumergiendo en el fuego de Dios, para purificación real).

Además, Juan el Bautista dijo que Jesús bautizaría:

  • en Espíritu Santo y fuego (Mt 3:11), y
  • con el Espíritu Santo (Jn 1:3). 

Las palabras “en” y “con”, son traducidas del griego original (la palabra ἐν, en, con, Strong’s G1722). 

Entonces, en el bautismo  de Jesucristo en o con, el Espíritu Santo, los creyentes reciben el poder de Dios. En este bautismo:

  • El instrumento (quien lo hace) es Jesucristo.
  • El sujeto (que recibe) es el creyente.
  • El elemento (donde se realiza el bautismo) es el agua.

Pero, además del bautismo ya presentado, la Biblia habla también de otro bautismo: es el que se realiza “por” el Espíritu Santo. Este bautismo es también llama: el bautismo del Espíritu Santo; a través del cual, el Espíritu de Dios introduce a los pecadores en la iglesia, el cuerpo de Cristo.

  • Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. (1 Co 12:13).

Es decir, fuimos bautizados, introducidos, en el cuerpo de Cristo, la iglesia (Ro 12:5; Ef 4:12; 5:23; Col 1:24).

En este bautismo:

  • El instrumento (quien lo hace) es el  Espíritu Santo.
  • El sujeto (quien recibe) es el creyente.
  • El elemento (donde se realiza el bautismo) es en el cuerpo de Cristo, en la iglesia (1 Co 12:13).

Aclaremos que, las palabras “del” y “por”, en relación con el bautismo, no están en la Biblia. Son expresiones usadas comúnmente en teología.

No debemos confundir este bautismo con el mencionado anteriormente ya que, quienes bautizan y los instrumentos utilizados son diferentes.

Teniendo en cuenta todo lo visto hasta este punto, cuando hablamos del bautismo, en relación con la recepción de poder,

  • Lo correcto es hablar del bautismo en o con.
  • Lo incorrecto es hablar del bautismo del o por.

Hasta aquí hemos hablado del bautismo. Pero, ¿qué era el bautismo para los antiguos judíos?

  • a.   EN HEBREO. Entre los hebreos, el bautismo era conocido con el nombre de: teviláh.
  • Teviláh,en hebreo, es: טָבַל, taval. Strong’s H2881. Significado: Inmersión en agua, sumergir, hundir (tevila, tevilá, tevilah). Para los judíos, la teviláh (bautismo), tenía la idea de: morir y resucitar, nacer de nuevo (Jn 3:5; Ro 6:4).
  • b.   EN GRIEGO: La palabra bautizar, no es una traducción; sino que es una transliteración de la palabra griega baptizo. Transliterar es escribir y pronunciar literalmente una palabra en otro idioma.
  • Baptizo, en griego es: βαπτισει”. Palabra original: “βαπτίζω”, baptizó. Strong’s 907 Significado: Bautizado, bautizados, sumergir. . (2)

Muerte y resurrección. Sabiendo que, para los judíos, el bautismo significaba muerte y resurrección, entonces, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego es precisamente eso: muerte y resurrección; es decir:

  • muerte a una vida que depende de nuestro propio poder; y
  • resurrección a una vida que depende del poder del Espíritu Santo.

Para entender esto tenemos que tener en cuenta que:

  • Cuando Adán pecó, comenzó una nueva vida ya que, dejó de depender de Dios y comenzó a vivir dependiendo de sus propias fuerzas. Por tanto se convirtió en  un alma viviente (1 Co 15:45).
  • Por lo tanto, Jesús vino a este mundo para que pudiéramos vivir nuevamente según e el propósito eterno de Dios; es decir, para que podamos volver a vivir dependiendo de Dios. Por eso, al recibir el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, Dios viene para:
    • quemar nuestra dependencia en nosotros mismos; y para
    • empezar a vivir dependiendo del poder del Espíritu Santo. Es decir, muerte y resurrección.

Nuestro Dios es como fuego. Dios quiere bautizarnos con su fuego para consumir todas nuestras impurezas, y para darnos su poder.

  • Moisés dijo que el Señor es fuego consumidor.
    • Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor (Dt 4:24; Is 33:14; Heb 12:29).
  • Malaquías dijo que el Mesías (Jesucristo).
    • Es como fuego purificador (Mal 3.2).
  • Ezequiel vio la gloria de Dios y vio que el Señor tiene fuego en su interior.
    • Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor (Ez 1:27).
  • Ezequiel vio, además, que en Jesucristo hay fuego.
    • Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente (Ez 8:2).
  • Juan vio que los ojos de Jesucristo son como llama de fuego.
    • Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego (Ap 1:14).

Muchos creyentes entienden que el bautismo en el Espíritu Santo es la meta a la que deben llegar, para tener el poder de Dios. Por eso oran, y ayunan para recibir esta bendición. Pero después de recibir esta gran bendición y vivir un tiempo de gloria descansan, porque llegaron; y dejan de buscar más del Señor.

Pero con el tiempo se desilusionan porque ven que no tienen el poder que pensaban tener; ya que, sus congregaciones no crecen, los enfermos no son curados, los endemoniados no son liberados, etc.

Entonces, al ver que no tienen el poder que querían tener, no enseñan en sus iglesias sobre recibir el bautismo en el Espíritu Santo, por temor a que sus fieles les pidan que oren para recibir  ese bautismo y al no recibirlo, los creyentes vean que sus pastores no tienen poder.

Pero, ¿dónde está el problema? El problema está en que, el bautismo en el Espíritu Santo no es la meta a la que tenemos que llegar, sino que es la puerta de entrada a un camino glorioso, donde cada día, si continuamos buscando al Señor, recibiremos más y más del fuego de Dios.

Entonces, recibir el bautismo en el Espíritu Santo es comparable a cruzar el río Jordán; es decir, salir del desierto espiritual, y entrar en la tierra prometida de lo que Dios tiene preparada para nosotros.

Recordemos que fue en el río Jordán donde Jesús que recibió la unción de poder.

Tengamos presente también que, cuando los judíos entraron a la tierra prometida tenían un largo camino que recorrer y grandes batallas que enfrentar. De la misma manera, después de recibir el bautismo en el Espíritu Santo cada vez tenemos más poder de Dios a nuestra disposición, para enfrentar las batallas que tendremos.

Entonces, el bautismo en el Espíritu santo es la puerta de entrada a un camino glorioso, en donde, si continuamos buscando al Señor recibiremos muchas más manifestaciones del poder del Espíritu Santo, hasta llegar a la meta de estar lleno de toda la plenitud de Dios.

Analicemos un tiempo más el problema ya presentado:

  • • Muchos pastores creían que después de recibir el bautismo en el Espíritu Santo, el poder de Dios estaría en ellos para siempre.
  • A raíz de esto dejaron de buscar al Señor (porque,  ¿para qué buscar el poder si ya lo tenían?).
  • Pero para su sorpresa vieron que el fuego que tenían su fu apagando. 
  • ¿Cómo explicar este problema?

Esta situación ya fue simbolizada por Dios con el ejemplo del fuego del altar. Cuando se inauguró el tabernáculo, el fuego en el  altar fue encendido por Dios. Pero luego, diariamente, los sacerdotes tenían que mantener encendido el fuego. Veamos esto:

Dios había ordenado que, el fuego del altar tuviera que estar siempre encendido. El Señor repite que el fuego en el altar nunca tenía que apagarse.

  • Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; el fuego del altar arderá en él.
  • Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará.
  • El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará (Lv 6:9, 12, 13)

Aunque Dios había establecido que el fuego del altar debía estar siempre encendido (Lv 6:12-14), en tiempos de Ezequías, los líderes del pueblo se rebelaron contra Dios, cerraron las puertas del templo, y dejaron que el fuego en las lámparas del templo fuera extinguido (2 Cr 29:6-7). Por esta razón la ira de Dios  vino contra Judá y Jerusalén  (2 Cr 29:8-9).

El fuego del altar debía ser mantenido por los sacerdotes. En nuestro tiempo, todos los creyentes son sacerdotes. Por eso todos tenemos la responsabilidad de mantener encendido el fuego.

  • Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 P 2:9).

En el día de hoy la maldad se ha multiplicado, y esto puede llevar a que nuestro fuego empiece a apagarse. Por lo tanto, el mensaje de Dios a la iglesia en estos días es: mantén el fuego encendido. Esta es la actividad más importante que debemos hacer como iglesia.

Si nuestro fuego es muy pequeño:

  • cualquier circunstancia adversa puede apagarlo;
  • los enemigos saben que no tenemos poder para enfrentarlos;
  • no podemos iluminar adecuadamente.

Por lo tanto, cada día tenemos que buscar más del aceite, y del fuego del Espíritu Santo.

  • Seré ungido con aceite fresco (Sal 92:10).

Siguiendo el tema ya presentado, el Señor nos dice:

  • Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti (2 Tim 1:6).
    • Que Avives, en griego es: αναζωπυρειν. Palabra original: ἀναζωπυρέω, anazópureó. Strong’s G329. Significado. Aviva el fuego; Aviva la llama; para encender de nuevo; que el fuego vuelva a arder.

A medida que pasa el tiempo muchos experimentan que el fuego de Dios en sus corazones se está apagando. Por eso, Dios nos aconseja avivar ese pequeño fuego que aún tenemos.

¿Qué es avivar el fuego. Hoy en día hay gente  que no entiende esto, ya que tienen cocinas a gas. Pero en la antigüedad, en vez de gas, se utilizaba leña. En este caso, para que la leña ardiese correctamente, había que avivar el fuego, es decir, había que utilizar  un abanico, o un fuelle ventilador de fuego, para enviar más oxígeno al fuego porque, cuanto más aire recibe, más arde el fuego. Por eso, cuando hay un incendio en un bosque, el mayor peligro es que sople el viento, porque aviva el fuego.

Tenemos que avivar esa pequeña llama que aún arde en nuestro corazón, para que se convierta  en una llama poderosa. Pero, ¿cómo? Por ejemplo: Pedirle a Jesucristo que sople en nuestras vidas y nos llene del Espíritu Santo. La Biblia dice que, antes de que Jesucristo regresara al cielo, y mientras aún estaba con sus discípulos, de repente Sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo (Jn 20:22). Este es un principio espiritual, valido para todos los tiempos. Es decir, por fe debemos recibir el poder del Espíritu Santo.

Pero no solo queremos que el fuego del Espíritu arda en nuestras vidas; pero también queremos que ese fuego arda en toda la iglesia; tal como oró el profeta Habacuc: Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos (Hab 3:2).

En estos días Dios está restaurando el fuego del Espíritu Santo en la iglesia. Para entender esto tenemos que saber que:

  • Años después de Pentecostés, el fuego de Dios se fue apagando en la iglesia. Por ejemplo, cerca del final del primer siglo, Jesucristo le dijo a la iglesia de Efeso que había perdido su primer amor (Ap 2:4).
  • Después, durante unos mil quinientos años, en la Edad Media, el fuego de Dios se apagó casi por completo en todo el mundo.
  • Sólo volvió a arder en tiempos de Lutero (siglo XVI). (3)
  • Luego, ardió con mayor intensidad cuando ocurrió el derramamiento del Espíritu, conocido como el avivamiento de la calle Azusa (siglo XX). (4)
  • Hace unas décadas, Dios restauró la unción de poder, pero el Señor tiene más, ¡mucho más! para darnos.
  • La restauración final del fuego de Dios vendrá en estos días que estamos viviendo, cuando Jesucristo derrame la unción de fuego, tal como veremos más adelante. (5)

Por eso, es importante saber que, desde Pentecostés, el fuego de Dios está a nuestra disposición; y será nuestro si lo recibimos por fe. Algunos lo han recibido, y han hecho y están haciendo, grandes obras para Dios, tales como:

Dios ha declarado que él hace a sus ministros llama de fuego (Heb 1:7).

En estos últimos días, antes de la segunda venida de Jesucristo, el Espíritu Santo será  nuevamente derramado; pero esta vez, no será en un solo lugar como sucedió en Pentecostés (en Jerusalén); pero será derramado sobre todas las naciones. (10) (11)

  • Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo (Hch 2:17-2).

Más fuego:

  • Así como Jesucristo derramó el Espíritu en Pentecostés (Hch 2:33), bautizando a los discípulos con Espíritu Santo y fuego, tal como lo había profetizado Juan el Bautista (Lc 3:16);
  • del mismo modo, en el último y gran derramamiento del Espíritu Santo, Jesucristo nuevamente derramará su espíritu, pero esta vez será con mucho más fuego que el que derramó en Pentecostés; ya que, Dios dijo que la gloria postrera será mayor que la primera (Hag 2:9). (12)(13)

Este derramamiento del Espíritu Santo será:

  • Sobre toda carne; es decir sobre los pecadores de todas las naciones, impartiéndoles convicción de pecado (Jn 16:8).
  • Sobre los creyentes, llenándolos del Espíritu Santo y fuego de tal manera que que suceda algo que nunca hemos visto: que desde los niños hasta los ancianos todos tendrán palabras proféticas; es decir, hablarán inspirados por el Espíritu Santo.

El Señor ya ha revelado cómo será el último y gran derramamiento del Espíritu Santo, como veremos a continuación.

Por medio de una visión, Dios le reveló a Tommy Hicks:

  • que en la última hora de la historia, caerá de las manos de Jesucristo una lluvia de gotas de luz líquida, una unción de fuego líquido; sobre creyentes de todas las naciones;
  • que muchos creyentes rechazarán la unción; pero
  • que, quienes la acepten, hombres y mujeres comunes y corrientes, avanzarán con esta unción tan poderosa, por todos los países del mundo, salvando y sanando;
  • que marcharán como un gran ejército, y nadie podrá detenerlos; y
  • que esta será la restauración de todo lo que la oruga, el pulgón y el gusano han destruido (Jl 2:25). (14)

Todo esto nos revela que, en el próximo y último gran derramamiento del Espíritu, el fuego del Espíritu Santo, la unción de gloria descenderá sobre los creyentes.

Dios confirmó la visión de Tommy Hicks a través de la profecía que recibió Mary Kathryn Baxter. El Señor le reveló:

  • Que Está preparando un gran ejército; formado por santos creyentes: niños, jóvenes, hombres y mujeres;
  • que muchos nobles han rechazado el llamado de Dios; pero
  • que los que han aceptado su llamada son personas sencillas;
  • que el Señor los ha  ungido para predicar el evangelio y sanar a los enfermos;
  • que comenzarán a cumplir las profecías;
  • que él mismo caminará con ellos, hablará en ellos y trabajará en ellos;
  • que estos son aquellos que se han entregado al Señor con todo su corazón;
  • que este ejército despertará a muchos;
  • que pronto comenzará a moverse en ellos:
  • que el Señor los buscará en las ciudades y  pueblos:
  • que muchos se sorprenderán al ver a los que el Señor ha elegido;
  • que se moverán por toda la tierra, haciendo proezas por el nombre del Señor; y grandes obras para Dios;
  • que este ejercito es el profetizado por el profeta Joel;
  • que los malignos serán ceniza debajo sus pies;
  • que el Señor derramará el Espíritu Santo sobre toda carne;
  • que destruirán muchas obras satánicas;
  • que alcanzarán a muchos para Jesucristo; antes de que la bestia (el anticristo) se levante. (15) (16))

Notemos cuidadosamente que, las dos revelaciones que acabamos de presentar tienen en común:

  • Que están relacionadas con la profecía de Joel (Jl 2:1-11),
  • que se menciona que el pueblo del Señor será el ejército de Dios, y
  • que los creyentes serán ungidos de una manera especial.

En esa profecía se declara:

  • que esto ocurrirá antes del día de Jehová, antes de que el sol y la luna se oscurrcerán, es decir, antes de la segunda venida de Jesucristo (compárece con Hch 2:20);
  • que el ejército de Dios será invencible: y
  • que tendrán el fuego de Dios, para que todo el que esté delante y detrás de ellos, todo será quemado en el fuego.

Esta profecía coincide con las revelaciones dadas a Tommy Hicks y a Mary Kathryn Baxter. Esto nos revela que, en los próximos días: ¡Jesucristo derramará del cielo la unción de fuego, la unción de gloria!

Quiere decir que, el último y gran derramamiento del Espíritu Santo se caracterizará por el fuego del Espíritu Santo.

En el derramamiento final del Espíritu Santo, los creyentes recibirán:

  • el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, con más poder que el que descendió en Pentecostés: porque, el vino nuevo ha sido reservado para la última vez (Jn 2:10); y además, caerá, de las manos de Jesucristo,
  • la unción de fuego, una lluvia de gotas de fuego líquido, como gotas de luz líquida.

Los que ya hayan recibido el bautismo en el Espíritu, antes de ese tiempo, serán llenos con el fuego de Dios. Es decir, no volverán a recibir el bautismo; sino que, recibirán más fuego del que ya tienen.

Si bien hemos recibido una cierta medida de fuego, al recibir el bautismo en el Espíritu, y en las últimas décadas hemos recibido  la unción de poder, en los próximos días Jesucristo derramará la unción de fuego, una unción mayor a todo lo que hayamos experimentado en el pasado.

Diferencia:

  • El bautismo en el Espíritu Santo y fuego será para todos los creyentes; pero,
  • la unción de fuego será para todos los que acepten el llamado del Señor a dar su mensaje.

Esa función especial, reservada para los últimos días, será para todos los que cumplan las condiciones que hemos analizado  al estudiar las revelaciones dadas por: Joel, Tommy Hicks y Mary Kathryn Baxter.

Gracias a esa unción, la iglesia se transformará en un ejército poderoso, y tendrá más fuego del que ha tenido en toda la historia. Por eso, la Biblia dice que, a medida que este ejército avanza, Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama (Jl 2:3).

Así como hace unos años orábamos para recibir la unción de poder, algo que no sabíamos  que existía, oremos ahora para recibir la unción de fuego; ya que,

  • con la unción de poder, el Espíritu Santo potencia nuestras capacidades (por ejemplo: el predicador, predica mejor); pero,
  • con la unción de fuego, será el mismo Espíritu Santo quien se encargará de hacer la obra, actuando a través de nosotros, aunque no tengamos las capacidades. Por eso razón, esta unción será la unción de la gloria de Dios; ya que, el Espíritu Santo actuará a través de nosotros.

Teniendo en cuenta:

  • Que el cumplimiento de las señales proféticas nos muestra que Jesucristo ya viene;. (17)   (18)   (19)   (20)   (21)   (22)   (23)   (24)   ((25)   (26)   (27)
  • siendo que, antes del regreso del Señor se producirá el gran derramamiento del Espíritu Santo en todo el mundo;
  • entonces, ¡estamos en el tiempo de Dios!, en el tiempo que veremos el esperado  derramamiento del Espíritu mundial.
  • Por eso, en estos días tenemos que orar para que el Señor derrame el fuego del Espíritu Santo, la unción de gloria,

Así como los primeros apóstoles, sabiendo que el Espíritu Santo vendría sobre ellos (Hch 1:4-5, 8), comenzaron a orar (Hch 1:14), y recibieron lo prometido (Hch 2:1-4); de la misma manera, sabiendo que en los próximos días el Señor derramará el fuego del Espíritu sobre su pueblo, oremos con fe para que el Espíritu Santo sea derramado sobre nuestras vidas.

Recordemos que: cuando el Señor quiere actuar,

  • primero, revela a sus siervos lo que quiere hacer (Am 3:7; Jer 29:10-14);
  • luego, espera que su pueblo ore por lo que él ha revelado (Dn 9:2-3); y
  • sólo entonces, obra (2 Cr 36:22-23).

Por eso, sabiendo lo que Dios quiere hacer en estos días, organicemos grupos de oración en todas las naciones, pidiendo el cumplimiento de lo que Dios ha revelado.

Todo esto nos muestra que debemos pedir en oración:

  • que se avive el fuego del Espíritu que ya tenemos;
  • que el Señor derrame el Espíritu Santo, en el lugar donde estamos (es decir, recibir un avivamiento local);
  • que el Señor nos dé la unción de fuego; y
  • que ocurra el último y gran derramamiento del Espíritu Santo, el gran avivamiento.

Tengamos presente que el fuego del Espíritu desciende por medio de la oración, tal como leemos en la Biblia:

  • Cuando Salomón acabó de ORAR, DESCENDIÓ FUEGO de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas; y la GLORIA de Jehová LLENÓ LA CASA. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová (2 Cr 7:1).

Cuando el fuego y la gloria de Dios descienden, y llenan la casa de Dios (la iglesia), los sacerdotes (pastores, líderes, etc.), no pueden seguir ministrando; y el Espíritu Santo mismo quien se encarga de ministrar a las personas (2 Cr 5:14).

1.    ¿Cuál es el significado del «bautismo en fuego» en Mateo 3:11? – ¿Y qué dice la Biblia? (preguntasteologicas.com)
2.   Restauración de la promesa del Espíritu – 2 – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
3.   Martín Lutero (altisimo.net)
4.   https://en.wikipedia.org/wiki/Azusa_Street_Revival
5.   Restauración del fuego del Espíritu Santo – 1 – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
6.   https://books.google.com.do/books?id=jDTL5C4DyOUC&printsec=copyright#v=onepage&q&f=false
7.   Ahttps://books.google.com.do/books?id=jDTL5C4DyOUC&printsec=copyright#v=onepage&q&f=false
8.   Capturado por su fuego | Sergio Scataglini (sigueme.net)
9.   https://dokumen.tips/documents/pastor-yong-doo-kim-divine-entre-mas-orabamos-mas-el-senor-nos-impactaba.html?page=1
10.   Derramaré mí Espíritu – 1 – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
11.   Derramaré mi Espíritu – 2 – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
12.   Restauración del fuego del Espíritu Santo – 1 – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
13.   Visión de la Gloria postrera y del Rapto de la Iglesia … (taringa.net)
14.   https://loqueosdigo-proclamadlo.blogspot.com/2010/04/profesia-de-tommy-hicks.html
15.   El anticristo – Llegó el tiempo de DIOS (wordpress.com)
16.   Una Revelacion Divina del Infierno (divinerevelations.info)
17.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2018/07/16/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-1
18.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2018/07/16/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-2/
19.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2018/07/16/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-3/
20.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2018/07/16/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-4/
21.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2018/07/16/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-5/
22.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2019/03/04/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-6/
23.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2021/01/02/senales-de-la-segunda-venida-de-jesucristo-7/
24.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2021/11/27/12199/
25.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2022/12/02/religion-mundial-senal-de-la-segunda-venida-de-jesucristo/
26.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2022/12/09/persecucion-cristiana-generalizada-una-senal-del-fin/
27.   https://llegoeltiempodedios.wordpress.com/2023/08/01/mmuy-pronto-comenzara-la-reconstruccion-del-templo-en-jerusalen/

AUTOR: Eduardo Pedro Saracchi. Profesor de Teología, graduado en Teología Pastoral. Iglesia Evangélica en Buenos Aires, República Argentina.

ACLARACIÓN. Este ministerio no tiene nada que ver con los anuncios que puedan aparecer en este blog.

¡MUY IMPORTANTE! Todas las publicaciones que hice y las que haré en el futuro, se pueden ver en los siguientes links:

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DERECHOS. Se permite la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, con propósitos educativos y sin fines de lucro; sin necesidad de obtener permiso previo, con la condición de que no se modifique ni altere el significado o contexto, y que se cite adecuadamente la fuente.

CITAS BÍBLICAS. Las citas bíblicas de esta publicación han sido tomadas de la Biblia, Versión Reina – Valera (Revisión de 1960, RVR1960) © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. (Énfasis nuestro: Subrayados, negritas, aclaraciones, mayúsculas y cursivas añadidas).

RECONOCIMIENTO. Hacemos un reconocimiento de gratitud a dos grandes editoriales:

  • A WORDPRESS, por su amable permiso para editar esta publicación.
  • A SOCIEDADES BÍBLICAS EN AMÉRICA LATINA, por su amable permiso para hacer citas bíblicas.

ABREVIATURAS DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA

Génesis: Gn – Éxodo: Ex – Levítico: Lv – Números: Nm – Deuteronomio: Dt – Josué: Jos – Jueces: Jue – Rut: Rt – 1 Samuel: 1 S – 2 Samuel: 2 S – 1 Reyes: 1 R – 2 Reyes: 2 R – 1 Crónicas: 1 Cr – 2 Crónicas: 2 Cr – Esdras: Esd – Nehemías: Neh – Ester: Est – Job: Job – Salmos: Sal – Proverbios: Pr – Eclesiastés: Ec – Cantares: Cnt – Isaías: Is – Jeremías: Jer – Lamentaciones: Lm – Ezequiel: Ez – Daniel: Dn – Oseas: Os – Joel: Jl – Amós: Am – Abdías: Abd – Jonás: Jon – Miqueas: Miq – Nahúm: Nah – Habacuc: Hab – Sofonías: Sof – Hageo: Hg – Zacarías: Zac – Malaquías: Mal – Mateo: Mt – Marcos: Mr – Lucas: Lc – Juan: Jn – Hechos: Hch – Romanos: Ro – 1 Corintios: 1 Co – 2 Corintios: 2 Co – Gálatas: Ga – Efesios: Ef – Filipenses: Fil – Colosenses: Col – 1 Tesalonicenses: 1 Ts – 2 Tesalonicenses: 2 Ts – 1 Timoteo: 1 Ti – 2 Timoteo: 2 Ti – Tito: Tit – Filemón: Fln – Hebreos: Heb – Santiago: Stg – 1 Pedro: 1 P – 2 Pedro: 2 P – 1 Juan: 1 Jn – 2 Juan: 2 Jn – 3 Juan: 3 Jn – Judas: Jud – Apocalipsis: Ap

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